jueves, 11 de diciembre de 2008

Grafología forense

Haciendo un tanto de Grisson podría advertir que nuestra nota manuscrita, ejecutada en la noche de los tiempos, de movimientos lentos y torpes, de inclinación descendente, de letras redireccionadas y marcadamente temblorosas, algunas entintadas, con un marcado estilo caligráfico, casi colegial, de expansión horizontal, nos llevan a alguien cuyos problemas principales no se quedan en el desamor que tanto le turba. Los movimientos de las letras en la línea imaginaria que sirve de base para escribir, sometidos al vaivén de una atención caprichosa y de un pulso inestable, me llevan a conjeturar que se trata de un pájaro, seguro varón, de entre unos cuarenta a cincuenta años, con problemas de tensión, riesgo coronario, posiblemente medicado, (lo estoy poniendo bonico); o bien, y esta opción es más romántica, se trata simplemente de una castaña de vértigo, inmortalizada en verso por los siglos de los siglos amén, desamor con hielo y en vaso de tubo hace más liviana la carga; esto lo creo firmemente.

De todas formas, con semejante saldo disponible, me duraba a mí poco la pena y la tontuna, pero bueno. Sin duda, la nota, amarilla ella y con rectos pliegues, vivió en la cartera de nuestro amigo larga temporada hasta ser lanzada al vacío de la Traperia, como mensaje en una botella. ¿Por qué la expulsaría de su vida con tanta vileza al frio suelo? Será que ya hay pájara en el nido, o que lo aceptó sin delírios de poesía. Señores, cualquiera sabe, lo importante somos ustedes y nosotros, el hoy siempre más que el ayer, nuestro amigo cumplió su papel, AHORA, NOS TOCA ESCRIBIR A NOSOTROS.

3 comentarios:

Jack dijo...

Hola tenia un comentario en mi blog, que no habia visto, solo pasaba para saludar.

don Recto dijo...

gracias, un abrazo y feliz navidul con crisis.

don Conforme dijo...

¡Conforme!