viernes, 26 de diciembre de 2008

Pesebre

Pues me parece correcto, don Recto. Comparto ese giro que usted propone porque pienso que el hombre occidental, subido como está en la barca del democrático consumismo a veces ya no sabe ni donde está. Anda acostumbrado a buscar lo novedoso, lo excepcional y a anhelar cosas que impresionen, diviertan o satisfagan. No voy yo ahora a escribir un discurso contra el placer, porque a nadie le amarga un dulce y no soy un eremita, pero siempre me ha dado qué pensar que por esta (y otras razones) le resulte sumo difícil comprender a las personas el hecho de que todo un Dios decida hacerse hombre y, encima, nacer y vivir en pobreza, en sencillez y sin dar espectáculos; todo ello en lugar de manifestarse de manera esplendorosa.


En cualquier caso, feliz Navidad y año nuevo le deseo a los señores lectores, y cómo no, al bueno de don Recto. Póngame a los pies de su señora.

1 comentario:

don Recto dijo...

Quedo agradecido, y en el nombre de mi futura y en el mio propio, le deseo unas fiestas entrañables y un própero dos mil nueve, que sin lugar a dudas, supondrá un antes y un después en la historia de su vida, y quien sabe si también en la nuestra.